Ares Molins Masat es una fotógrafa y docente que participó con su singular proyecto Com els ulls, que no es poden veure l´un a l´altre en la séptima edición del festival Art Photo Bcn con muy buenos resultados. Además de suscitar muchos comentarios interesantes que crearon un feedback enriquecedor, todos los visionadores destacaron la frescura y al mismo tiempo la profundidad y rigurosidad de su proyecto. Sesión de visionados de donde salió con el premio de LABASAD a través de la votación de Toni Amengual y la beca del Institut d´Estudis Fotogràfics a decisión de Eduard Bertrand. Ha disfrutado de ambos procesos formativos durante el curso de 2021 a 2022 acabando recientemente su experiencia en el Máster de Nueva Fotografía Documental de LABASAD. Tras estas experiencias comentamos con ella como se ha enriquecido su proceso, como ha sido la formación online y presencial y en qué punto se encuentra actualmente.
Tu participación en el festival fue en 2020, ¿cómo recibiste la noticia de ser premiada por tu proyecto por parte de Art Photo Bcn?
¡Con mucha ilusión y con un gran agradecimiento! También, con una gran sorpresa, ya que estaba lleno de proyectos muy interesantes y no imaginaba ser premiada con dos de los premios.
Has realizado recientemente el Máster Online en Nueva Fotografía Documental de LABASAD, gracias a la beca que se te concedió como premio en la séptima edición de nuestro festival. ¿Qué tal ha sido la experiencia de aprender en LABASAD?
Ha sido una experiencia muy enriquecedora, una oportunidad muy buena para profundizar en mi formación como creadora visual/fotógrafa. Asimismo, una oportunidad para aprender de un profesorado increíble.
El formato online permite contar con un elenco de profesionales en activo como Toni Amengual, Bego Antón, Laia Abril o Ricardo Cases, entre muchos/as otros/as. ¿Qué te ha aportado aprender de profesionales del mundo de la fotografía de este nivel?
Me ha ofrecido la oportunidad de conocer distintos acercamientos al mundo de la fotografía y del lenguaje visual en general. Por un lado, por aprender de su manera de enfrentarse a su trabajo creativo y por otra, porque cada profesor nos lanzaba propuestas de trabajo muy distintas, suponiendo un reto creativo muy interesante, ya que ellos mismos nos hacían un seguimiento de las tareas. Aparte de los profesores, tuve la suerte de coincidir con un grupo de compañeros maravilloso, muy generoso y cercano y de quien aprendí mucho, también.
¿Qué es lo que más te ha gustado de la formación y la metodología Online / On Live de LABASAD?
Al ser Online/On Live, me permitió poderlo combinar con mi trabajo, con el premio-curso de formación del IEFC, con los proyectos personales, etc. El formato Online/On Live, a diferencia de la formación autónoma en línea, es mucho mejor, ya que el profesor y los compañeros están conectados simultáneamente, lo que permite establecer un diálogo rico y espontánea, resolver dudas, compartir conocimiento o referentes, etc.
¿En qué crees que te ha ayudado más este Máster? ¿Cómo describirías el upgrade profesional que has realizado?
Cada profesor nos lanzaba propuestas de trabajo muy distintas, así que lo aproveché para jugar mucho y probar de generar imágenes de maneras muy diferentes, trazar hilos narrativos distintos, etc. es decir, me abrió nuevas perspectivas creativas que voy a desarrollar con más profundidad en un futuro. Además, en el Máster, hay asignaturas relacionadas con la marca personal, las redes sociales, el diseño gráfico, etc., que valoro muy positivamente, ya que no es muy común encontrarlas en formaciones artísticas y suponen una gran ayuda para saber cómo comunicar tu trabajo.
Desde el IEFC te permiten elegir el curso de su programa que becan con su premio en Art Photo Bcn. ¿Por cual te decidiste? ¿Qué motivó esa decisión? ¿Cómo fue la experiencia? Un año de tanta formación habrá conllevado una reflexión sobre tu propio proceso creativo, ¿cómo te enfrentaste a esta tesitura? ¿Qué queda tras tanta intensidad formativa?
Escogí el curso Protofotografía, impartido por el profesor Ramón Casanova, ya que me apetecía mucho reflexionar y jugar con los elementos más básicos para generar una imagen, puesto que sentía mucho interés por el aspecto físico y experimental de la fotografía. Siendo un curso impartido por Ramón, sabía que iba a aprender y a disfrutar muchísimo y así fue. Aparte, tengo amigos que habían realizado este curso con anterioridad y me habían hablado muy bien de él. Tras tanta formación quedan muchas ganas de seguir trabajando y explorando en el mundo de la fotografía y las artes visuales. Supone un “chute” de energía, de ideas, de referentes, etc.
Com els ulls, que no es poden veure l´un a l´altre plantea una reflexión sobre los límites y las realidades paralelas nada menos que en la adolescencia. ¿Cómo se desarrolla un proyecto que interpela a los jóvenes siendo docente? ¿Se cuestionaban las mismas preguntas que tú en esa nueva realidad duplicada? ¿Cómo resolviste visualmente este límite muro que los/os separa dentro de esas dos realidades enfrentadas?
Fue muy fácil y divertido trabajar con los adolescentes, ya que eran mis alumnos y había confianza entre nosotros. Les proponía si querían participar saliendo en las fotos, si querían compartir conmigo sus reflexiones sobre el espacio y la gran mayoría se animaba rápidamente. Cada cual tenía su modo de ver la relación con el otro instituto y con el espacio arquitectónico en general y de hecho, sus impresiones me permitieron apreciar muchos otros matices que yo no había percibido.
La manera de resolver visualmente el proyecto fue generando imágenes más o menos simbólicas a partir de los conceptos clave alrededor de los cuales gira el proyecto, es decir: el límite físico y la imposibilidad de visión, la dualidad y la duplicidad, la proyección de miedos y de fantasías, etc. Por esto, encontramos personajes extraños, adolescentes que desean ver o escuchar lo que pasa en el otro lado, espacios “repetidos” (que corresponden a fotografías sacadas desde el mismo punto de vista, pero desde un instituto y desde el otro), personajes que parecen clones, etc.
Tu proyecto ha formado parte del programa de exposiciones y actividades en las Sedes Asociadas de la novena edición con una muestra en el Centre Cívic La Farinera del Clot y actividades diversas. Cuéntanos un poco sobre la propuesta en sala. Tras la formación y la experiencia de haber expuesto en el edificio protagonista del proyecto, ¿refleja esta nueva puesta en escena una nueva visión? ¿Cómo te enfrentas al espacio? ¿Recuerdas algún comentario sobre tu trabajo en las sesiones de LABASAD o del IEFC que hayan marcado un cambio en tu proyecto?
Cuando me propusieron exponer Com els ulls, que no es poden veure l’un a l’altre en la Farinera del Clot, me puse muy contenta, no solo por la oportunidad que suponía formar parte de la programación de la 9ª edición del festival Art Photo Bcn, sino también porque la sala de la Farinera es preciosa. No obstante, la propuesta también suponía un reto importante para mí, ya que debía encontrar una manera nueva de mostrar el proyecto, que fuera honesta con el mismo y respetuosa con la sala. De hecho, Com els ulls, que no es poden veure l’un a l’altre seguía expuesto en Cardedeu, en la misma valla que separa/une los dos institutos protagonistas del proyecto (está expuesto allí, de manera permanente, desde abril del 2020), y sentía que debía exponerlo de una manera nueva en La Farinera.
Decidí darle mucha importancia a la sensación espacial, para conectar al espectador con el concepto de límite arquitectónico. Teniendo en cuenta que el punto de partida del proyecto era el límite físico, diseñé la propuesta expositiva generando barreras físicas y eso se tradujo en un total de diez estandartes dobles de gran formato compuestos por varias fotografías cada uno. Generar estas columnas de imágenes gigantes también me permitía ofrecer al espectador la imposibilidad de ver toda la exposición de golpe y que, paseando entre las imágenes, fuera descubriendo distintas relaciones formales entre ellas. El juego y la curiosidad fueron, también, elementos que tuve muy en cuenta en el momento de proyectar la puesta en sala. Asimismo, respetar la verticalidad de los elementos arquitectónicos de la sala de La Farinera, fue un componente indispensable para que tanto el espacio expositivo como la exposición se complementaran.
Está claro que tanto la formación en LABASAD como en IEFC me han influido en la manera de enfrentarme a mi trabajo y a cómo mostrarlo, supongo que dotándolo de un criterio más maduro y teniendo más referentes en la cabeza. Podría destacar las clases de Laia Abril del Máster del LABASAD, por ejemplo, en qué puso el acento en la importancia de encontrar formas distintas para mostrar un mismo proyecto, adaptándolo en cada ocasión, ya se trate de distintas salas expositivas o a los diferentes formatos (instalación expositiva, publicación, formato audiovisual, etc.).
Mirando hacia nuevos horizontes, ¿en qué punto te encuentras ahora mismo? ¿Ha sido este año de formación un revulsivo extra para iniciar nuevos proyectos y caminos? ¿Cómo ve Ares su propia producción tras Com els ulls?
Ahora mismo, estoy revisando mi archivo, trabajando en proyectos que empecé durante el máster, releyendo mis libretas de apuntes y recuperando ideas que tenía escritas, a ver hacia donde me llevan.
Para acabar la pregunta obligada: ¿qué tiene que tener una imagen para que te conmueva?
Siento especial interés por aquellas imágenes que no se descubren de un solo golpe, que tienen un poco de misterio y que te permiten imaginar, proyectar tus propias vivencias en ellas, hacer interpretaciones libres, etc.