Su serie, titulada ‘Elevation’, ganó la pasada edición y es imagen de AFB17
Este fotógrafo brasileño-japonés contesta a nuestras preguntas ‘en el aire’
Shinji Nagabe tiene orígenes japoneses, pero nació en Brasil. Y esa búsqueda de su propia identidad -cuando uno es dos cosas a la vez- es una constante en su obra. De hecho, resultó ganador de la pasada edición de Art Photo Barcelona gracias a un proyecto, ‘Elevation’, realizado después irse a vivir a París y volver a sus raíces. Es decir, tuvo que alejarse para ver. Su idea era “reconocerse en los niños y los colores de las fotos”, tal y como nos explica por mail en un vuelo transoceánico entre sus dos hogares, “y congelarlos en el aire como si en ese momento fuesen eternos”. Esas instantáneas, llenas de fuerza y búsqueda, son la carta de presentación de la nueva edición de APB, que se celebrará el próximo mayo.
¿Qué ha significado para ti ganar Art Photo Barcelona?
Ya solo ser seleccionado fue un auténtico placer. Que además expertos dentro del mundo de la fotografía contemporánea viesen mi obra fue un honor. Me mudé hace dos años a Europa y este premio significa mucho, es la aceptación de todo el trabajo que he estado desarrollando.
¿Qué fue lo primero que pensaste cuando lo supiste?
Fue una gran sorpresa, porque el nivel era alto y los temas muy diversos. No lo esperaba. Cuando vi el mail de los organizadores con mi nombre no me lo creía: ¡lo leí y releí 1000 veces!
¿Cómo se siente uno siendo la imagen de la próxima edición?
Es una sensación genial y un gran honor. Recuerdo haber pensado, cuando vi los posters y las imágenes de ediciones anteriores, que había mucha calidad… Me hace sentir muy orgulloso.
¿Cómo nació ‘Elevation’?
Desde que me mudé a París quería hablar de mis raíces. Soy brasileño, pero de origen japonés, y quería expresar de algún modo esa mezcla. Esta serie fue un trabajo de autoconocimiento: quería reconocerme a través de los niños, los colores y los objetos cotidianos que dejé atrás.
¿Recuerdas el momento concreto en el que surgió la idea?
Cuando llegué a Itabaianinha, una ciudad del estado brasileño de Sergipe, donde acabé haciendo las fotos que en ese momento imaginé. Todo allí era muy sencillo, bello y colorido… y me sentí poderosamente inspirado.
¿Por qué ese título?
Quería congelar a los niños en el aire, como si en ese momento fuesen eternos. Estaban corpóreamente elevados, pero también de un modo espiritual, como en un trance. Los brasileños son gente muy religiosa y esa mezcla de diferentes creencias también está representada.
Cuéntanos alguna anécdota…
Encontré muy divertido que mucha gente acababa sintiendo una sensación de ‘opresión’ por el hecho de que los niños y las niñas tuviesen la cara tapada… pero durante las sesiones era todo lo contrario: un juego muy luminoso y lleno de risas, donde todos disfrutamos muchísimo.
¿Aún vives en París?
Sí, me mudé a Europa hace casi tres años… y eso me ha hecho verme con distancia y me ha permitido hablar de mí con más perspectiva. Me interesa mucho esa transición entre países, cómo alguien se va y vuelve a las raíces. Las echaba de menos… Ahora estoy empezando a hacer series aquí en París, sobre gente como yo: que se ha ido pero está orgulloso de su origen.
¿Conoces España?
Madrid, Barcelona y algunas ciudades del norte, cerca de la frontera con Francia. Tengo la sensación de que mi trabajo ha sido tan bien entendido en España porque tiene mucho en común con la cultura brasileña: todos esos vibrantes y cálidos colores y ese espíritu abierto.
¿Cuáles son tus referencias como fotógrafo?
Miguel Rio Branco, Duane Michals, Cindy Sherman y otros muchos.
¿Cómo te describirías en tres adjetivos?
Curioso, apasionado e imaginativo.
¿Algún descubrimiento interesante últimamente que te haya sorprendido?
Durante los ‘Visionados’ de la edición pasada me sorprendieron las imágenes de José Navarrete y Felipe Abreu.
¿En qué estás metido ahora?
Estoy trabajando en unas series en París con niños brasileños inmigrantes. También he acabado una serie sobre los suburbios de Sao Paulo, titulado ‘Respiración’.
¿A quién te encantaría fotografiar?
A alguien que invierta la vida haciendo la misma cosa sencilla, como un artesano que pase su vida perfeccionando el mismo objeto.
¿Cómo es para ti la foto perfecta?
Una que ilustre la imperfección con tanta delicadeza y sencillez que acabe transformándose en algo perfecto.