Os presentamos a la ganadora de la quinta edición de Art Photo Bcn, Laura Van Severen. Belga afincada en Barcelona, una joven fotógrafa que ya cuenta en su currículum con interesantes y sólidos proyectos como Land, fotolibro de gran interés y ahora con An outward appearence. Con su proyecto consigue una consonancia increíble entre localizaciones muy alejadas con un mismo tema en común, el tratamiento de residuos. Un submundo lleno de luces y sombras que refleja de forma estéticamente impecable en su proyecto, al mismo tiempo que no deja indiferente por la dureza conceptual del mismo. Un tema medioambiental que siempre está de actualidad y en la picota. ¿Hasta donde puede llegar esta fotógrafa emergente? De momento ha llegado a ser nuestra imagen y desgranamos con ella como se siente desde entonces para que la conozcáis un poco más. (Fotografía de Javier Corso)
¿Qué ha significado para ti ganar Art Photo Bcn?
Haber sido seleccionada, presentar mi trabajo frente a un jurado y posteriormente ser premiada en el festival, me ha ayudado a recordar que mi proyecto tiene la capacidad de generar interés y curiosidad en los demás. No solo el tema en si, hablar de medioambiente está de actualidad, sino también por el tratamiento estético que caracteriza mis fotografías. El proyecto está en mitad de su desarrollo, por lo que este reconocimiento supone un empujón para continuarlo y refuerza mi confianza en su realización.
¿Qué fue lo primero que pensaste cuando lo supiste?
“¿Estáis seguros? ¿Y los demás proyectos?” Había muchísimo nivel en los visionados y fue una sorpresa escuchar mi nombre como ganadora.
¿Cómo se siente una siendo la imagen de la próxima edición de Art Photo Bcn?
Es un honor y a la vez una responsabilidad. ¿Pueden las imágenes generar suficiente curiosidad sin su contexto? Son estéticas, si, pero tratan un tema feo, bastante desconocido. En todo caso estoy muy feliz de participar en la próxima edición del festival y de trabajar hacia una formalización expositiva.
¿Cómo nació An outward appearence?
El proyecto es una continuación de mi trabajo anterior “Land – On the brink of some formidably complex matter”, en el que retrataba aquellos paisajes que habían sido intervenidos por el ser humano. Con motivo de un encargo sobre reciclaje que realicé para una revista de arquitectura belga, decidí visitar un vertedero en mi ciudad natal, Gante. En aquel momento ni siquiera sabía que era un vertedero. Cuando llegué allí y comprendí lo que tenía frente a mí me quedé completamente boquiabierta. Como sabéis, Bélgica es bastante llana, por lo que una montaña de 45m hecha de basura impresiona bastante. Supe de inmediato que el tema me interesaba, pero no sabía como enfocarlo.
A partir de entonces, mi foco se fue desplazando de los elementos naturales (arena, nieve, roca, agua, aire) a un material en concreto: el plástico. Un material mágico que es al mismo tiempo solución y problema, desechable y sostenible, bolsa de plástico o prótesis artificial. Y en este punto me perdí. Porque hablar de plástico es hablar de muchas cosas a la vez: innovación, historia, invención, polución, ecología, economía, realidad, artificio, futuro, ciencia,…
¿Recuerdas el momento concreto en que surgió la idea?
Después de un periodo retratando mucho –plástico– sin saber en que dirección ir, quedé con uno de mis profesores de mis años en la academia de fotografía. Revisando las fotografías y compartiendo mis intenciones me sugirió seguir una única subcategoría y olvidar temporalmente las otras vías. Esta “única” subcategoría fueron las montañas resultantes de la gestión de residuos. Desde un punto de vista ingenuo, podría parecer que usamos los desechos para remodelar nuestro entorno. Una vez empecé a retratarlas, ya no tuve necesidad de explorar otras vías.
¿Por qué ese título?
An outward appearance no es el título definitivo. Poner títulos es un arte en si mismo, y yo no soy muy buena con las palabras. Pensé en este título porque era necesario para presentar el proyecto. Una “apariencia” es algo que no corresponde necesariamente con el elemento al que se refiere. Esta palabra llamaba mi atención. ¡Veremos como queda al final!
Cuéntanos alguna anécdota sobre el proceso de creación del proyecto.
Hay tantas anécdotas. He estado visitando más de 50 vertederos en 3 países diferentes. Toda esa mierda brinda maravillosas oportunidades para que pasen cosas extrañas. A veces soy libre de moverme y disparar donde quiera, otras veces me vigilan de cerca o me aconsejan no fotografiar ciertas escenas. Algunas compañías piden revisar mis fotografías y no tienen inconveniente a la hora de censurar imágenes que podrían afectar negativamente a su empresa. Por alguna razón, no es raro encontrar vertederos, perreras y crematorios uno al lado del otro. Son solo algunas de las cosas que la gente no quiere tener cerca. También he visto antiguos vertederos transformados en áreas recreativas o pistas de esquí. Y aunque nadie lo mencionará, es común tener incendios subterráneos o visibles en un vertedero en explotación. La última vez que vi humo negro saliendo de la colina del basurero, la persona de la empresa que me guiaba echaba las culpas al crematorio de al lado … ¿Quién sabe?
Belga afincada en Barcelona con un trabajo enfocado hacia el paisaje y las localizaciones geográficas, ¿te han influido los entornos en los que has vivido?
Es sorprendente como en España el paisaje puede cambiar completamente en cuestión de pocos quilómetros. Es algo que me encanta. El cruzar zonas inmensas sin ver a nadie. Pero es exactamente cuando me enfrento a esta inmensa belleza que me siento incapaz de transmitir la grandeza de la escena. Al retratar la belleza solo puedo revelar mis deficiencias como fotógrafa. Sin embargo, retratando lo feo, lo diferente, lo antiestético, puedo moldearlo de muchas maneras y crear algo nuevo con él. Me intrigan las estructuras, los patrones, las intervenciones. Todo lo que hacemos para que nuestro entorno se adapte al ser humano.
¿Cuáles son tus referentes como fotógrafa?
Desde mis inicios, siempre sentí una gran admiración por Saul Leiter. Al principio por sus fotografías, y más tarde por su visión de la vida, el trabajo y el arte. Su forma de ser tan realista, sin permitir que su éxito, o la falta de él, determinaran su felicidad y bienestar. En una entrevista se describió como un hombre «que disfrutaba mirando y veía el mundo como algo sencillo, como una fuente de placer infinito». Me encanta. Y también me intriga la forma en que componía sus imágenes, basándose en la fuerza de la sugestión, equilibrando cuidadosamente el contenido y lo que debe quedar fuera de la imagen.
Tu proyecto va más allá de la fotografía con una importante presencia de la investigación y documentación. ¿Cómo integras estos elementos en los proyectos fotográficos?
No puedes convertir en algo estético una practica tan problemática y controvertida y dejar de lado la información. Eso para mi ha sido un gran dilema; no soy experta en gestión de residuos, ni tengo estudios en geología o biología. Solo una grande fascinación que surgió de mi interés por la transformación del paisaje por un lado y el medio ambiente por otro. De los vertederos existe una imagen muy sensacionalista de toneladas de basura pudriéndose en un descampado. Yo intento alejarme de este sensacionalismo. Y también alejarme visualmente, mostrando un amplio panorama de paisajes y situaciones que te pueden parecer mágicas y bonitas. Pero es gracias al proceso de investigación y a la documentación que acompaña al proyecto, que el espectador tiene herramientas para sacar sus propias conclusiones.
Después de Land, ¿estás pensando en el formato libro para completar tu proyecto? Cómo fue aquella experiencia con una editorial? Te apetece la autoedición?
Con Land tuve mucha suerte de que el proyecto fuera de interés para el diseñador holandés Rob Van Hoesel y su editorial The Eriskay Connection. Land es mi primer proyecto, el trabajo de fin de master, y tener esa oportunidad ha sido un lujo. Hacer un libro tiene un coste elevado, sea autoeditado o publicado por una editorial. Pero agradezco mucho la difusión que se he hecho desde la editorial, ya que ni con toda la ilusión del mundo, habría podido llegar a obtener el reconocimiento que ha alcanzado el libro gracias a ellos. Creo que puede ser un soporte adecuada para juntar todas las capas de este nuevo proyecto. Pero no hay prisa. Ahora quiero dejar espacio para que el proyecto puede crecer, sin limitarme pensando en las páginas de un libro o en como se vería sobre una pared.
Actualmente se expone en Madrid en una colectiva. Háblanos un poco de esa muestra y de cómo has abordado la convivencia de tu proyecto con otras disciplinas.
La verdad es que en el momento de producir mi obra para la exposición no sabia que obras iban a exponer los otros artistas, así que no nos hemos influenciado los unos a los otros a la hora de pensar en la formalización. Ahora que ya nos hemos conocido y que tengo una noción de que se va a exponer creo que pueden haber diálogos muy interesantes entre los todos los trabajos. Casualmente, o no, todos tratamos el concepto del espacio, dando visibilidad a su invisibilidad a través de olfato, imágenes, obras táctiles, video, esculturas, documentación, etc. En mi propio trabajo busco que la exposición sea un lugar para contemplar las fotografías, pero en la que también haya elementos que recreen algunas de las sensaciones vividas en los sitios que visité.
¿En qué estás metida ahora?
Estoy grabando escenas de video durante mis visitas a los vertederos. Quiero generar una pieza distinta a lo que muestran las fotos. Será un audiovisual ficticio, de tono distópico, donde se verá como un mínimo gesto humano pone en marcha toda la maquinaria capaz de generar esos paisajes artificiales, creados desde cero, pero indistinguibles de los naturales. Nada en nuestro planeta desaparece sin más. O bien lo transformamos, o lo movemos a otra parte. Quiero generar la incomoda sensación que eso es un proceso en continuo movimiento.
¿A quien te encantaría fotografiar?
A Willem Frederik Hermans, un genio de la literatura neerlandesa y el escritor que mas admiro. En sus libros habla del mirar, de las percepciones, de fotografía, de paisajes, de la guerra, de su vida como profesor. Pero más que sus temas, es la forma de expresarse lo que me encanta. Precisa, inteligente, sin piedad, sin eufemismos y sin miedo a las consecuencias. Dicen que era un hombre inaccesible, obstinado, crítico pero sarcástico, que no temía la discusión ni la polémica. Seguro que el odiaría la foto, pero sería la única manera de acercarme a él.
¿Cómo es para ti la foto perfecta?
Quizás es la foto que menos muestra y mas cuenta.